Crónica24.02.16

El mundo se va a la mierda, pero todavía hay esperanza

Sales del supermercado con tres bolsas a rebosar de comida. Tu compra de la semana. Has gastado 60 euros. Una fuerza inexplicable te lleva hacia el contenedor más cercano, lo abres y lanzas dentro una de las bolsas.

¿Qué coño acaba de pasar? ¿De verdad acabas de tirar 20 euros a la basura?

Lo que pasa es que un tercio de toda la comida que producimos nunca llega a nuestros estómagos. Seguro que has oído este dato antes, y aunque la primera vez te impactó, ahora ya asumes este ratio demencial. Son 3.300 millones de toneladas echadas a perder.

Te alejas del contenedor confuso, tus 20 euros se acaban de sumar a los 750 billones de dólares en comida desperdiciada a nivel mundial. Es el equivalente al producto interior bruto de Suiza, con sus bancos, relojes y vacas incluidas. Increíble.

Pero espera, todavía hay más: el impacto medioambiental de nuestro desperdicio es tan fuerte que a nivel de emisiones de CO2 se posiciona como el tercer país después de China y EEUU.

En agua no nos quedamos atrás: son unos 250 km3 de agua desperdiciada al año, tres veces el volumen del lago Ginebra (resulta que Suiza es perfecta para ilustrar comparativas).

Finalmente se estima que el área que dedicamos a producir estos alimentos representa el 30% del área agrícola mundial: 1.4 billones de hectáreas; podríamos decir que unos 1.400 millones de campos de fútbol se cultivan cada año por deporte.

“¡Pues si yo sólo tiro un yogurt de vez en cuando!” dirás. Entonces ¿Cuáles son las verdaderas razones de este desperdicio? Para ello debemos analizar el funcionamiento de la cadena de producción. Del productor a tu mesa.

En países desarrollados la mayoría del desperdicio se produce al final de esta cadena, durante la distribución y el consumo. La comida te entra por los ojos y actúas caprichosamente. La estética de los alimentos se ha impuesto sobre su sabor y compras sólo aquello visualmente atractivo, paradójicamente luego te quejas de su sabor a corcho (si es que siquiera sabe a corcho).

En cambio en países en vías de desarrollo el problema se sitúa al inicio, durante la producción y el almacenamiento de estos productos. Debido a fallos en el procesado y la cadena de frío por falta de infraestructuras y tecnologías apropiadas. El clima húmedo y las altas temperaturas hacen el resto.

Si nos centramos en producto, los cereales son los primeros en ir a la basura, con el arroz como rey del desperdicio. En Asia esto resulta un problema de gran envergadura, pues a causa de los métodos de cultivo intensivos se desprende una gran cantidad de metano a la atmósfera.

En Europa y EEUU el principal culpable es la carne. Ya sabemos por el documental Cowspiracy (próximamente en nuestras mejores historias) que para producir un kg de carne necesitamos entre 5.000 y 20.000 litros de agua. Entre 25 y 100 bañeras suizas (gracias Suiza). Aunque el volumen de carne que se tira es muy inferior al de cereales o fruta, su huella de carbono es tan alta que el impacto medioambiental que genera es similar al de toda la fruta, leche, huevos , pescado y aceites.

Entonces piensas: “¿si estamos condenados para qué me das la brasa?”

Porque aún hay esperanza, o eso queremos creer.

Para empezar puedes seguir estas sencillas reglas para mitigar el problema:

  1. Comienza por hacer una lista de la compra; no compres por impulso.
  2. Evita las ofertas de 2×1 o 3×2 que sueles acabar tirando.
  3. Congela, congela y congela. Gracias a Mr Birdseye  y su maravilloso invento puedes comer la semana que viene las lentejas que te dejas.
  4. No seas ansias y sírvete raciones pequeñas, si quieres siempre puedes repetir.
  5. Los tomates y las patatas siempre fuera de la nevera, igual que el chocolate o los frutos secos.
  6. Aprende las diferencias entre fecha de caducidad (no debes comerlo posteriormente a la fecha) y fecha de consumo preferente (puedes comerlo después de la fecha).
  7. Pero sobretodo sé consciente del problema y replantéate cada acción.

Buscamos iniciativas originales que ayuden a solventar este problema universal. En el video podéis ver dos que nos han gustado.

Si conoces alguna iniciativa local, por favor, envíanos un mail a hola@thefoodtellers.com con los detalles.

Comparte y Conciénciate.

Por si quieres ilustrarte algo más al respecto:

FAO: http://www.fao.org/food-loss-and-food-waste/es/ – http://www.fao.org/save-food/es/

Discosoupe: http://discosoupe.org/

Nevera solidaria: http://neverasolidaria.org/

UE: http://ec.europa.eu/food/safety/food_waste/index_en.htm

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