Crónica10.10.16

El “chino chino” de los chinos

Hace ya tres años mi amiga Manuela me llevó a cenar al Dream Café.
Todavía no era consciente, pero estaba a punto de conocer mi restaurante chino preferido de Barcelona. Tras sus luces azules de neón y su estucado veneciano rosado (sangrado de ojos) se esconde una de las mejores cocinas asiáticas de la ciudad.

El Dream Café tiene fama entre los cocineros por ser uno de los pocos sitios en los que puedes cenar pasadas las 2 de la mañana. Situado al final de la calle Viladomat, es frecuente ver entre su clientela a los chefs de elBarri -el clúster gastronómico de los hermanos Adriá-.

El Dream Café tiene fama entre los cocineros por ser uno de los pocos sitios en los que puedes cenar pasadas las 2 de la mañana.

Cruzamos las puertas y nos recibe sonriente una camarera. Somos 5 y nos llevan al salón posterior, donde cuatro mesas redondas rebosan de familias chinas, business man y jóvenes asiáticos jugando al Pokemon Go. El ambiente es ruidoso y bastante caótico, pero el servicio es impecable.

Tomamos asiento y nos sirven al momento una sencilla y riquísima ensalada de col morada con un aliño de aceite de sésamo y vinagre de arroz. La carta tiene fotografías; muy útil para hacerte una idea de lo que vas a comer mientras picas la col.

Dumplings y arroz glutinoso.

Nos miramos a los ojos. Normalmente pediríamos hot pot, pero como el calentamiento global nos está jodiendo el septiembre, no nos apetece mucho pedir una sopa caliente.
Así que cada uno elige su plato estrella y construímos el menú perfecto para una cena barata, rica y saciante:

-Los Clásicos del DreamCa –

Comenzamos con unos dumplings caseros, Alex jura que conoce a la señora que los prepara, la que se sienta en la esquina del local doblando empanadillas a toda pastilla. Los sirven fritos, y vienen en raciones de 7 o 14 (vas a pedir 14 y lo sabes).

Yo me decido por unas berenjenas chinas fritas rezumantes de salsa (gastrorgasmo) y Valentina escoge unos fideos de boniato con cerdo (sorber haciendo ruido por favor).


Berenjena frita.

Jose elige el arroz glutinoso con verdura seca. Está tan bueno que nos hace replantearnos todos nuestros prejuicios sobre el comunismo. Pedimos otra ración en cuanto se acaba el plato.

Cuando le llega el turno a Jessica, suelta una parrafada en chino que nos deja a todos muy intrigados. Al rato el camarero trae una bandeja de ternera enrollada en hojas de lechuga con una salsa de cacahuete a un lado. Todos coincidimos en que esa salsa debería entrar en el panteón de las míticas salsas madres.

Ternera con salsa de cacahuete.

Y de postre (por unanimidad), tomamos la tapioca con leche de coco y trozos de mango (ganadora de la mejor textura 2016) y las bolas fritas de arroz y crema de sésamo negro, que resultan tan adictivas como los popplers.

Fideos de boniato.

Todo esto regado por unas cuantas jarras de cerveza china, unos 15 euros por persona.

Nosotros fuimos a cenar con nuestra amiga Jessica Wong, china-china de toda la vida, y al preguntarle si volvería a cenar en el Dream Café dijo rotundamente .
Para mí eso es palabrita del niño Jesús.

DREAM CAFÉ
CALLE VILADOMAT 10, 08015 BARCELONA
TEL. 934 41 41 98

TODOS LOS DÍAS DE 19 A 23 HORAS

*Nos gustó tanto que volvimos a pedir el menú para llevar y le hicimos fotos en el estudio 🙂

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