Crónica27.02.17

¿Sin aditivos? No, gracias.

¿Eres de los que leen con fruición las etiquetas de los alimentos para encontrar los temidos aditivos acompañados de la letra E y así, con un sentimiento de satisfacción interno, rechazar estos productos?

¿Te sientes más seguro alimentándote con productos que anuncian “natural” o “sin aditivos” en sus envases?

Como tantos otros consumidores modernos sufres de quimifobia: un miedo irracional a los productos químicos sintéticos.

sin quimica

Tranquilo, es algo normal. Todos nosotros sentimos una conexión muy intensa con la naturaleza: se denomina biofilia. Es una tendencia inherente a todos los humanos que aporta una sensación de satisfacción emocional en contacto con el mundo natural; lo que muchas veces denominamos estar en comunión con la naturaleza.

comida food

La quimifobia podría decirse es el opuesto a la biofilia, es la creencia de que todo lo natural es bueno y lo sintético malo. Es por supuesto, una falacia naturalista, ya que un compuesto químico, sea de origen natural o sintético, tiene exactamente el mismo efecto en nuestro cuerpo y en nuestra salud al ser consumido.

Si los huevos llevaran etiquetas con sus compuestos, Michael Pollan no los comería.

Existen muchos casos absurdos en el mundo de la quimifobia, pero uno de mis favoritos es el del glutamato monosódico. Durante años fue relacionado con casos de intoxicación e incluso se creó el llamado síndrome del restaurante chino, en el caso se explicaba como trabajadores de Wall Street que comían a menudo en restaurantes chinos de la zona sufrían de jaquecas y mareos. ¿El culpable? El glutamato monosódico: un potenciador del sabor muy usado por los cocineros asiáticos. Por supuesto, años más tarde se ha comprobado la total inocuidad del GMS así como su presencia de forma natural en setas, soja, carnes, quesos, tomates y cien alimentos más, situándolo en el top one de aminoácidos presentes en los alimentos. De hecho, es un potenciador muy valioso ya que permite reducir el contenido en sal de los alimentos sin conllevar una pérdida del sabor, muy útil para dietas bajas en sodio.  Además, todos hemos visto “El Lobo de Wall Street” y sabemos que no era precisamente el glutamato lo que les daba esas “jaquecas y mareos”.

reishi-shiitakke

 

Pero la quimifobia no sólo afecta a los alimentos que comemos, sino también a los medicamentos que tomamos. El Doctor Kennedy explica como el formaldehído, el compuesto culpable de la demonización de las vacunas, se encuentra en cantidades 80 veces mayor en una simple pera que en una vacuna. Conocemos los peligros o no de la no vacunación, pero esta quimifobia crea un dogma tan fuerte que muchos padres, cegados por la desinformación deciden poner en peligro la vida de sus hijos y los amigos de sus hijos.comida naturalLos que han sabido aprovecharse, una vez más, de este circo mediático, han sido las grandes corporaciones alimentarias. Utilizando el miedo para vender más, a traves del marketing pseudocientífico que tantas veces denuncia el gran José Manuel López Nicolás  en su imprescindible blog Scientia.

Existe el caso de Hero, con sus potitos “sin porquerías”.   La alucinante sal “sin productos químicos”.  O los danone sin colorantes ni conservantes que se aprovechan de la semántica para confundir al personal.

sinporquerias

El problema no solo es que utilicen claims falsos para vender más,  sino que además  crean en el público un sentimiento de miedo y rechazo ante esos conservantes que llevan un siglo haciendo que los productos que consumimos sean más seguros  y se conserven de forma adecuada, evitando intoxicaciones y muertes innecesarias.

¿Cómo podemos luchar contra esta epidemia de quimifobia?

Lo primero y más importante es informarnos bien como consumidores. Lo siguiente es tarea de los medios, que no deben dejarse llevar por el titular fácil que ofrece un nuevo  “producto cancerígeno”. Lo tercero es competencia de las autoridades europeas, que  deben regular el etiquetado de los productos alimenticios,  controlando el marketing pseudocientífico. Y finalmente prohibiendo el uso del término “sin químicos”,  cosa absurda donde las haya  y que siempre me hace reír al recordar esta gran tira cómica de Saturday Morning Breakfast Cereal con la que cerramos este artículo.

+ info al respecto:

https://books.google.es/books?id=iwqn6XhsPLgC&redir_esc=y&hl=es

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2217210

Ver Todos